Orientación Familiar
El apoyo de la familia y su implicación en el problema del menor son esenciales para el buen pronóstico y la mejora de muchas patologías que se nos presentan en consulta.
A lo largo de nuestros años de experiencia hemos observado que la mayor parte de problemas de un niño o un adolescente pueden solucionarse o gestionarse a través de la intervención con padres o hermanos. Así vemos cómo la familia se convierte en un recurso a la hora de resolver los problemas que el niño o el adolescente nos presenta en consulta.
Además, este espacio ayudará a las familias a reducir el malestar y aprenderán a relacionarse de una forma más fluida y harmónica entre ellos.
El apoyo de la familia y su implicación en el problema del menor son esenciales para el buen pronóstico y la mejora de muchas patologías que se nos presentan en consulta. Puede incluir a todos los miembros de la familia o sólo los más capaces de participar; así si el menor no está preparado para iniciar un proceso terapéutico o ya está realizando su proceso podemos intervenir solo con los familiares. La terapia familiar nos sirve de espacio para enseñar habilidades, profundizar en los lazos familiares y/o pasar momentos de estrés derivados (o no) del proceso terapéutico.
Por tanto, desde el espacio de terapia familiar buscamos abordar las dificultades que se dan en la relación con tal de disminuir el malestar y propiciar una dinámica lo más satisfactoria y saludable posible.